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¿Qué es el linfedema y cómo saber si lo padezco? Síntomas, causas y diagnóstico

Cuando una parte del cuerpo comienza a hincharse sin razón aparente, especialmente un brazo o una pierna, es normal preocuparse. En muchos casos, esta hinchazón puede deberse a un problema poco conocido pero más común de lo que se piensa: el linfedema. Conocer sus síntomas, causas y cómo se diagnostica puede marcar la diferencia en tu calidad de vida.

¿Qué es exactamente el linfedema y por qué ocurre?

El linfedema es una acumulación anormal de líquido linfático en los tejidos del cuerpo. Este líquido, conocido como linfa, transporta proteínas, desechos celulares y microorganismos que deben eliminarse. Cuando el sistema linfático no funciona correctamente, esta linfa se estanca y provoca hinchazón, dolor y otras molestias físicas.

El sistema linfático no tiene una bomba como el corazón; su funcionamiento depende del movimiento del cuerpo y de las válvulas internas de sus vasos. Si estas válvulas o vasos están dañados o bloqueados, el sistema deja de ser eficiente y aparece el linfedema.

¿Cuáles son las causas más comunes del linfedema?

Existen dos tipos principales de linfedema según su origen:

Linfedema primario

Se produce por una malformación congénita del sistema linfático. Puede aparecer:

  • Al nacer (congénito).
  • En la juventud (precoz, hasta los 35 años).
  • En la adultez (tardío, después de los 35 años).

Aunque no siempre se conoce su causa exacta, se asocia a mutaciones genéticas hereditarias.

Linfedema secundario

Es el más común, especialmente en países desarrollados. Se presenta por una lesión externa al sistema linfático. Algunas causas incluyen:

  • Tratamientos contra el cáncer como la radioterapia o la extirpación de ganglios (muy frecuente tras el cáncer de mama).
  • Cirugías, traumatismos o infecciones.
  • Obesidad o inmovilidad prolongada.
  • Picaduras o infecciones parasitarias en países tropicales (como la filariasis).

¿Cómo sé si tengo linfedema? Síntomas a los que debes prestar atención

Aunque al principio puede parecer solo una ligera molestia, el linfedema presenta síntomas muy específicos que no deben ignorarse:

  • Hinchazón persistente en un brazo, pierna, mano o pie, normalmente solo en un lado del cuerpo.
  • Sensación de pesadez y tensión en la zona afectada.
  • Dolor leve o malestar, que puede dificultar actividades cotidianas.
  • Endurecimiento de la piel con el tiempo, conocido como fibrosis.
  • Disminución de la movilidad y debilidad muscular.
  • Pérdida del contorno normal del miembro afectado.
  • En etapas más avanzadas pueden aparecer vesículas linfáticas (ampollas) que segregan líquido y úlceras en la piel.

Estos síntomas no solo afectan el cuerpo, sino también el bienestar emocional y la calidad de vida. Es común que quienes lo padecen experimenten ansiedad, baja autoestima o incluso depresión.

¿Cómo se diagnostica el linfedema?

Detectarlo a tiempo es fundamental para evitar complicaciones. El diagnóstico combina observación clínica con pruebas objetivas:

1. Evaluación clínica

Se realiza una entrevista detallada para conocer los antecedentes personales, tratamientos médicos previos y síntomas actuales. Se exploran signos como el signo de Stemmer (no poder pellizcar la piel del dedo) y el signo de fóvea (hundimiento al presionar la zona).

2. Mediciones físicas

  • Perimetría: mide la circunferencia del miembro afectado y lo compara con el lado sano.
  • Volumetría: calcula el volumen total sumergiendo el miembro en agua.
  • Bioimpedancia: determina la cantidad de líquido extracelular presente.

3. Pruebas de imagen

  • Linfogammagrafía: permite observar la función del sistema linfático en todo el cuerpo.
  • Linfografía con verde de indocianina: detecta vasos linfáticos activos mediante una sustancia fluorescente.
  • Resonancia magnética y ecografía: descartan otras causas y ofrecen imágenes precisas.

¿Qué pasa si no se trata el linfedema?

El linfedema es una condición crónica y progresiva. Si no se trata, los síntomas empeoran con el tiempo. Las complicaciones más comunes incluyen:

  • Fibrosis (endurecimiento de la piel).
  • Linforrea, un líquido que supura por la piel cuando la hinchazón es extrema.
  • Úlceras e infecciones recurrentes como la celulitis o linfangitis.
  • En casos graves, puede desarrollarse un tumor poco frecuente llamado linfangiosarcoma.

Además, el impacto emocional y social es considerable. Muchas personas limitan su actividad diaria, reducen su vida social o evitan mostrar la parte afectada.

¿Tiene tratamiento el linfedema?

Aunque no tiene cura definitiva, el linfedema sí puede tratarse y controlarse eficazmente. El tratamiento más efectivo es el conservador, que incluye:

  • Drenaje linfático manual: técnica especializada para movilizar la linfa hacia zonas sanas.
  • Vendajes multicapa inelásticos para comprimir y contener el edema.
  • Prendas de compresión a medida, especialmente durante la fase de mantenimiento.
  • Ejercicio físico adaptado, siempre con vendaje o medias compresivas.
  • Cuidados específicos de la piel para evitar infecciones.
  • Dieta antiinflamatoria rica en frutas, vegetales, grasas saludables y baja en ultraprocesados.

En casos más avanzados, pueden considerarse opciones quirúrgicas, pero siempre tras una evaluación cuidadosa.

¿Dónde puedo recibir tratamiento profesional y personalizado?

En nuestras clínicas especializadas de FisioClinics, ubicadas en La Moraleja, Sabadell, Palma, Logroño y Bilbao, ayudamos a las personas que padecen linfedema con planes personalizados y atención cercana. Nuestro equipo experto aplica técnicas de drenaje linfático y compresión con resultados comprobados.

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Conclusión

El linfedema es una condición que puede afectar profundamente tu vida si no se detecta y trata a tiempo. Saber qué es, cuáles son sus síntomas y cómo se diagnostica te permitirá actuar con rapidez. Con el tratamiento adecuado, es posible mejorar el confort, reducir el volumen del edema y recuperar una buena calidad de vida.

¿Padeces de linfedema?
¡Es hora de tratarlo!

Mayo 09, 2025

Mayo 09, 2025

Iñigo Junquera