Tratamientos del Linfedema
El tratamiento del linfedema combina diversas estrategias para reducir el edema, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Se clasifica en tres enfoques principales: quirúrgico, fisioterapéutico y farmacológico conservador. Entre los tratamientos quirúrgicos destacan la anastomosis linfovenosa, los autotrasplantes ganglionares y la liposucción linfática, diseñados para mejorar el drenaje del líquido acumulado. Por su parte, el tratamiento fisioterapéutico incluye la terapia descongestiva compleja, que combina drenaje linfático manual, vendajes compresivos y ejercicios terapéuticos adaptados, divididos en una fase intensiva y otra de mantenimiento.
La prevención también juega un papel fundamental para evitar la progresión del linfedema. Esto implica un diagnóstico precoz, autocuidados como la hidratación, el cuidado de la piel, la práctica de ejercicios terapéuticos y mantener un peso saludable. Además, la educación del paciente es crucial para fomentar la independencia en el manejo de esta condición.
Un abordaje multidisciplinario, con la participación de especialistas y la implicación activa del paciente, es esencial para optimizar los resultados. Conoce en detalle cada estrategia y cómo abordar eficazmente esta patología a continuación.
Tratamiento Linfedema
Conservador
Explora estrategias no invasivas para el linfedema, como drenaje linfático, compresión, ejercicio y cuidados de la piel.
Quirúrgico
Descubre las técnicas quirúrgicas más efectivas para el linfedema y en qué casos se recomienda optar por la cirugía.
Pre-quirúrgico
Prepara tu cuerpo para la cirugía con estrategias que optimizan el resultado, reducen riesgos y mejoran la recuperación.
Post-quirúrgico
Aprende cómo cuidar la zona tratada, prevenir complicaciones y mantener los beneficios de la cirugía para el linfedema.
Nutrición
Descubre qué alimentos favorecen el drenaje linfático y cuáles evitar para reducir la inflamación y mejorar el bienestar.
Actividad física
Conoce ejercicios seguros y efectivos para mejorar la movilidad, reducir la hinchazón y fortalecer la función linfática.
Aspectos Psicológicos
Explora el impacto emocional del linfedema y las mejores estrategias para afrontar la ansiedad, la autoestima y el bienestar.
Tratamiento aplicado para el linfedema
El tratamiento para el linfedema puede ser dividido en distintos grupos teniendo así los siguientes:
- Tratamiento quirúrgico
- Tratamiento conservador farmacológico
- Tratamiento conservador fisioterapia
Tratamiento quirúrgico
Siendo uno de los más comunes, especialmente en períodos tempranos del linfedema, donde se tienen múltiples procedimientos como:
- Anastomosis linfovenosas: Consiste en la unión entre un capilar linfático y un capilar sanguíneo, de ésta forma, cuando no se cuentan con los suficientes vasos linfáticos o éstos han sufrido algún tipo de alteración estructural, se realiza éste procedimiento para poder favorecer el drenaje del líquido acumulado en la extremidad hacia el sistema circulatorio
- Autotrasplantes ganglionares: Principalmente aplicado cuando existe una ausencia de algún ganglio linfático principal por defecto de nacimiento, malformación, etc. En éste caso se realiza un traspaso de un ganglio de una zona a otra para que pueda cumplir con su función principal
- Liposucción linfática: El linfedema en estadíos avanzados puede generar una acumulación de grasa en exceso favoreciendo que tanto el líquido como la grasa se estanque en el miembro afecto, por tanto, se aplica éste método para drenar un poco el tejido adiposo acumulado.
Tratamiento de fisioterapia
Siendo el más utilizado tras la aparición del linfedema, donde se aplican distintas herramientas como:
- Terapia descongestiva compleja: Dicho protocolo consiste en la aplicación de drenaje linfático manual, vendajes multicapas y hacer uso de las medidas de contención, la compresión en éste tipo de tratamiento es de vital importancia, pues, después de realizar el drenaje a pesar de movilizar el líquido linfático hacia los ganglios principales, existe una gran posibilidad de que éste retorne al no poder ser absorbido con la suficiente eficacia. Lo más importante es educar al paciente para que tenga disciplina con éste tipo de procedimiento garantizando así su funcionamiento pues el tratamiento en gran medida depende del propio paciente.
- Ejercicio terapéutico: Según algunos estudios que se han realizado los últimos años, se ha determinado que la realización de ejercicio terapéutico puede ser de gran ayuda ante la presencia de un linfedema de la mano la terapia descongestiva compleja, siendo aplicado progresivamente y adaptado a las condiciones físicas de cada individuo.
De tal manera el tratamiento fisioterapéutico puede dividirse en distintas etapas teniendo así:
- Etapa descongestiva: Teniendo como principal objetivo reducir el volumen del linfedema al máximo, suele realizarse de manera intensiva teniendo una duración de aproximadamente 2-4 semanas y aplicando 2 a 5 tratamientos semanales.
- Etapa de mantenimiento: Tendrá como objetivo principal mantener la reducción del linfedema el mayor tiempo posible, por tanto, al terminar el tratamiento intensivo de descongestionamiento se remite a un ortopedista para tomar las medidas del miembro con el menor volumen que se ha podido conseguir después de la terapia para tener conciencia del estado en que debe mantenerse.
Además de ello, también durante la etapa descongestiva y de mantenimiento el paciente debe realizar ejercicio terapéutico que ayudará a reducir los volúmenes del edema presente.
¿Cómo prevenir el avance o aparición del linfedema?
Para lograr evitar la progresión de ésta patología en el cuerpo es necesario lo siguiente:
- Realizar un diagnóstico médico precoz: Pues, en etapas primarias se hace más fácil poder realizar las técnicas quirúrgicas o conservadoras dependiendo sea el caso.
- Realizar un tratamiento fisioterapéutico precoz: Igualmente, en estadíos más agudos las técnicas pueden ser más efectivas.
- Realizar ejercicio terapéutico: Enseñando y educando al paciente con respecto a las cosas que puede hacer por sí mismo para mejorar el linfedema.
- Mantener una buena higiene y un correcto autocuidado aplicando automasajes, autodrenajes, etc.
- Cuidar la piel, realizar elevaciones de los miembros seguidamente, mantenerse hidratado, y tratar de mantener un peso corporal idóneo, evitar cualquier tipo de infecciones en la piel u otros tejidos.
Es por ello que se debe promover el conocimiento con respecto al linfedema, pues, al tener una baja tasa de diagnóstico, las personas que sí lo reciben, suelen encontrarse ya en estadíos muy avanzados donde los tratamientos e intervenciones realizadas por el equipo multidisciplinario es cada vez más limitado.